
A sus 72 años, Johnson-Sirleaf lideró un movimiento pacifista clave para poner fin a la guerra en Liberia. Bajo el nombre de “La Dama de Hierro” ganó las elecciones en 2005 y se enfrenta a su reelección el próximo martes.
La ex trabajadora social Leymah Gbowee de 39 años se ha ganado el respeto y admiración tras años de lucha contra la violencia; mientras que Tawakul Karman (32 años) ha centrado su lucha en la liberación de los presos políticos en Yemen.
Revolución en la red
Antes de la concesión del premio, se barajaron muchos nombres para el prestigioso Nobel de la Paz, destacando dos impulsoras de la revolución de la llamada “Primavera árabe”: Israa Abdel Fattah, impulsora fundamental en la revolución egipcia y la bloguera Lina Ben Mhenmi, voz en la red de las protestas en Túnez.
Israa Abdel Fattah (30 años), conocida como “La chica Facebook”, creó en 2008 una página de Facebook para apoyar la huelga de trabajadores de la ciudad industrial El-Mahalla El-Kubra. Gracias a esta página se generó un movimiento pacifista que Israa lideró hasta que fue encarcelada por dos semanas. Tras su liberación, declaró que no se involucraría en activismo político, pero tras las revueltas egipcias de este año, Israa se ha dedicado en cuerpo y alma a alzar la voz de los oprimidos por el régimen de Mubarak a través de Internet y la cadena de televisión Al-Jazeera.
Los tres años de activismo en la red de Lina Ben Mhenmi, bloguera tunecina de 27 años que sufrió un arresto domiciliario en su lucha por la democracia en su país, contribuyeron al éxito de las manifestaciones que acabaron con el dictador Ben Alí.
A través de Internet, gracias a herramientas como Facebook o Blogger, estas dos mujeres han demostrado que el pueblo puede unirse para acabar con la tiranía de un pueblo opresor. No han sido reconocidas con un Nobel, pero sus acciones han propiciado el cambio de rumbo de sus países hacia la democracia.
Fuentes: BBC Mundo / The Guardian / Wikipedia